Federico Klemm
Década 1940
Federico Jorge Klemm nació el 25 de marzo de 1942 en Checoslovaquia, y fue a partir de 1948 que la familia decidió radicarse en Buenos Aires. Como pintor autodidacta, y con intereses marcados hacia lo artístico desde temprana edad, realizó desde los 14 años estudios sobre la obra de Toulouse Lautrec, Picasso, Van Gogh y algunos pintores argentinos que lo impresionaban. Estudió, además, canto lírico con Ruzena Horakova y arte dramático con Marcelo Lavalle, perfeccionando su aprendizaje de la pintura en talleres de artistas argentinos contemporáneos.
Décadas 1960/1970
Finalizados sus estudios secundarios, entró en contacto con el Instituto Torcuato Di Tella, atraído por las nuevas manifestaciones de arte, mini-arte, muerte del arte, y otras formas artísticas derivadas en el arte aplicado y audiovisual. Fue dentro de este espacio artístico-cultural que Klemm tuvo participación en diversas Performances y Happenings, como Meat Joy de Oscar Massota, o espectáculos audiovisuales como Oh Sólida Carne en 1968, aquel que puso en escena con Chela Barbosa y en el cual desempeñó el papel de Hamlet. Allí también tuvo la oportunidad de conocer a distintas personalidades del ambiente como Edgardo Giménez, Marta Minujín, Jorge Romero Brest y Marta Romero Brest, Nicolás García Uriburu, Mildred Burton, Dalila Puzzovio y Luisa Mercedes Levinson, entre otros. Con el cierre del Di Tella en 1970, desplegó y extendió aquellas prácticas en espacios alternativos como galerías de arte, discotecas, círculos de escritores, y otros lugares en los que se congregaba el público de vanguardia.
Década 1980
Siempre atento a las manifestaciones artísticas, a los movimientos históricos, y a los códigos estético-artísticos del momento, a partir de 1981 desarrolló ambientaciones y muebles geométricos, concebidos como esculturas-instalaciones, con un sentido posmodernista rescatando lo neo-clásico y las influencias orientales en la visión occidentalista de la estética. En 1983, comenzó a indagar en el género del video-retrato y estudios de personajes de su entorno, utilizando el medio televisivo, desde los códigos de una pintura, en cuanto al encuadre y la perspectiva. A fines de los ochenta, se introdujo en la problemática de la pintura de techo, realizando estudios fotográficos de escorzos corporales, y posteriormente, pasará a ocuparse de los retratos y ahondará en temas mitológicos y religiosos que impactarán en su obra.
Años 1990
A partir de 1990, comenzó a exponer prolíficamente de manera individual y colectiva en el ámbito local, destacándose las exhibiciones llevadas a cabo en el Centro Cultural Recoleta, la Galería Centoria, las Salas Nacionales de Cultura del Palais de Glace y el Centro Cultural Borges. En cuanto a su participación en el ámbito internacional, su obra fue vista en la Galería Flak, en París; en el Palazzo Bandera, en Milán; y en Monti Associazione Culturale, en Roma.
En 1992, Federico Klemm, que ya coleccionaba arte desde muy joven, inauguró la Galería Klemm Arte Contemporáneo, con el objetivo de difundir el arte nacional e internacional en el ámbito local. A partir de sus contactos con medios locales y con galeristas amigos, presentó a artistas internacionales nunca antes exhibidos en Argentina, como Andy Warhol, Robert Mapplethorpe, Pat Andrea, Fernando Botero, Roberto Matta, Christo y Carlo Maria Mariani, como así también, destacados representantes del arte contemporáneo local como Rómulo Macció, Yuyo Noé, Roberto Aizenberg, Antonio Berni, Oscar Bony, Ernesto Deira, Humberto Rivas, entre otros. Muchas de esas exhibiciones internacionales o nacionales fueron la oportunidad para la adquisición de obras que se sumaron a los conjuntos que Federico Klemm coleccionaba, y son la base del patrimonio nacional e internacional actual.
Durante 1994, Klemm en colaboración con el crítico de arte Carlos Espartaco, inició la emisión de un ciclo de videos sobre temas de arte, titulados El Banquete Telemático, que fueron transmitidos en la televisión abierta de los años noventa con mucha notoriedad. Dichos programas contenían un lenguaje mediático que oscilaba entre la televisión experimental y la artística, logrando una fusión entre el arte performativo y la expresión telemática. La emisión de 232 programas para un público masivo, abarcaba temas relacionados a artistas nacionales e internacionales y ciclos especiales de historia del arte, entre los que se destacan aquellos dedicados a la Transvanguardia, el Museo imaginario, el arte conceptual, las instalaciones, el arte culto, el kitsch, la mujer en la historia del arte, el arte en la década del ´60, la posmodernidad, el pop art, la inserción de la pintura en la historia universal, arte y democracia, el cambio en la mirada, entre muchos otros dedicados a artistas puntuales.
En 1995, dio estatuto a la Fundación Federico Jorge Klemm, un espacio para que las obras de su colección tuvieran clara visibilidad pública, abierto a la comunidad, con acceso libre y gratuito, y con un programa de exhibiciones temporales, dedicado a la difusión del patrimonio y a la promoción de artistas jóvenes. Siguiendo con esta misma línea de pensamiento, de acercar al público local las producciones artísticas más contemporáneas y, al mismo tiempo, fomentar la visibilidad de los artistas emergentes, es que sumó a la Fundación en 1997 el Premio Federico Jorge Klemm a las Artes Visuales Contemporáneas, un premio anual con vigencia ininterrumpida hasta la actualidad. Este proyecto significó no solamente hacerse un lugar de prestigio en el medio artístico y convertirlo rápidamente en un espacio de gran acción para los artistas, sino también una vía de continuo crecimiento para la colección, al tratarse de un premio en dinero, con adquisición de dos obras por cada edición anual.
Años 2000
En pleno desarrollo tanto de su ciclo televisivo, como de su producción artística y fotográfica, Federico Klemm fallece el 27 de noviembre de 2002, a causa de una neumonía pulmonar en Buenos Aires.
Federico Klemm fue un eximio coleccionista, formó una colección única en Latinoamérica, fue mecenas, visionario, pionero en la gestión de fundaciones artísticas en nuestro país, y como artista, se destacó como performer. Queer antes del queer; fotográfo digital antes del uso masivo de este medio localmente; y todo un filántropo que creía en el “arte para todos”.
La Fundación preserva como parte de su patrimonio la obra de Federico Klemm, compuesta por foto-pinturas y foto-collages.
Fotografía: © Marcos Lopez