Frágil
Artistas:
Fabiana Larrea
Pablo Lehmann
Andrea Moccio
Frágil
Entre lo efímero y lo duradero se ubica lo frágil. Por siglos se ha creído que la eternidad era una aspiración del arte, que la obra debía crearse para que trascienda la vida de su creador. Pero no todos los artistas pensaron igual. Las experiencias performáticas, las intervenciones en el paisaje y el uso de materiales perecederos demostraron que un momento breve era tan válido como el eterno. Fueron efímeras las performances de Joseph Beuys, las coloraciones de cursos de agua de Nicolás García Uriburu y las lechugas de Giovanni Anselmo. Las diversas formas de reproductibilidad y el archivo las ponen a salvo -o al menos así lo creemos- a estas obras de la pérdida y el olvido. Existe un término medio entre aquella pretensión de durabilidad infinita y la contingencia de lo efímero, y esto es lo frágil, aquello que tiene una estructura ontológica que puede fracturarse en cualquier momento por acción de agentes externos. Es eso que está, pero en cualquier momento puede dejar de estar. En términos absolutos todo soporte artístico es frágil, la tela puede ser acuchillada o perforada (lo demostró Lucio Fontana), la madera se agrieta con los cambios de temperatura, el mármol tan elogiado por su dureza tiene en la Venus de Milo la verificación de su condición ambigua. Edificios nobles, de piedra o madera han sido arrasados por las fuerzas de la naturaleza o por la mano de hierro del hombre. Más aún, nuestra existencia material es también frágil aunque no nos guste reconocerlo. Algunos artistas han elegido la fragilidad como leitmotiv de su obra. Fabiana Larrea, Andrea Moccio y Pablo Lehmann producen obras que exigen una manipulación cuidadosa, un cuidado especial para conservar su pervivencia; una ráfaga de viento podría dañarlos. Dos de ellos han utilizado el papel; la tercera, hilo de coser blanco. El papel es dúctil, es una superficie bidimensional que puede manipularse y convertirse en un objeto, se desgarra fácilmente, pero también puede lacerar la carne con su filo. Del mismo modo, el hilo puede unir y a la vez puede cortarse de sólo un tirón, he aquí la riqueza de estos materiales: contienen potencias opuestas, construyen y destruyen, arman y desarman.
Julio Sánchez