Poeta-dibujante (Dichter-Zeichner) de Paul Klee
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el catálogo Paul Klee invita a Xul Solar en el Museo Nacional de Bellas Artes, 2012
Lápiz sobre papel con puntitos de pegamento sobre cartón
30 x 22 cm
Passa un jett, che voglia di partire per l infinito. Concetto Spaziale-Attese (Taggli) de Lucio Fontana
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el catálogo Fundación Federico Jorge Klemm: colección de arte moderno y contemporáneo, 2014
Acrílico sobre tela
60 x 50 cm
Página del fascículo número 46 de Pinacoteca de los genios, Editorial Codex S. A.
La amante del ingeniero de Carlos Carrá
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el fascículo número 46 de Pinacoteca de los genios, Editorial Codex S. A., 2012
Óleo sobre tela
48 x 36 cm
Solar skin de Gene Davis
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el catálogo Gene Davis: 1960s Stripe Paintings, Charles Cowles Gallery, 2005
Óleo sobre tela
35 x 37 cm
Vestidos simultáneos (Tres mujeres, formas, colores) de Sonia Delaunay-Terk
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el sitio www.museothyssen.org, 2012
Óleo sobre tela
50 x 39 cm
Paysage de Félix Vallotton
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el libro Peintres du XXe siècle, Albert Skira, 2011
Óleo sobre tela
50 x 60 cm
El sueño de Tarsila do Amaral
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el libro Tarsila do Amaral, Ediciones Banco Velox, 2002
Óleo sobre tela
40 x 50 cm
Pájaros y flores de Aid Herrera
por Amigos del siglo XX, según reproducción en el catálogo La naturaleza de las mujeres: artistas rosarinas entre 1910 y 2010, Fundación OSDE, 2013
Óleo sobre tela
40 x 50 cm
Amigos del siglo XX
Artistas: María Guerrieri, Max Gómez Canle
HUMANISTAS
Cuando uno ve Amigos del siglo XX la pregunta sobre qué es lo que uno está viendo aparece enseguida. Quizá porque no es claro cuáles son los presupuestos. O quizá porque la muestra plantea la pregunta pero se queda callada al momento de dar la respuesta.
O no, no se queda callada. Uno le pregunta: “¿Qué es esto que estoy viendo?”. Y la muestra responde: “Es una muestra de reproducciones de obras del siglo XX”. Entonces uno, insatisfecho, vuelve a preguntarle: “¿Pero qué es esto que estoy viendo?”. Y la muestra vuelve a responder: “Es una muestra de reproducciones de obras del siglo XX”. Incómodo, uno podría tratar de entrar por otro lado: “¿Cómo están hechas las reproducciones?”. Y ella podría responder: “Las reproducciones son bastante fieles y están hechas sin segundas intenciones”. Entonces uno podría probar con otra pregunta: “¿Hay algo en la elección de las obras que me diga algo?”. Y ella podría responder: “No creo, son obras conocidas, de artistas conocidos, más o menos, pero en todo caso nada inusual. Cualquier muestra de pinturas y dibujos del siglo XX podría tener estas obras: el criterio es ecléctico, pero esto no es algo que asuste a los museos y galerías actualmente”.
La clave de todo probablemente esté en esa última palabra: “pertinente”. Toda esta perversión tiene por efecto, según los artistas, volver “pertinente” algo que, podemos suponer, se había vuelto impertinente, y que no es otra cosa que todo el mundo del arte en general, todo lo que no es la obra pero que la rodea y nos aleja de ella (y que luego, cuando nos vuelve a acercar, sí es la obra). Lo inquietante es que da la impresión de que tienen razón. O no, ni siquiera es eso. ¿Qué es lo pertinente? ¿La pintura sin el ruido que la rodea? Más bien daría la impresión de que las pinturas que componen esta muestra no existen más, ni las originales ni las copias, que no tiene sentido pensar en algo llamado “una pintura”, ni tampoco en “una muestra” (que sería “de pinturas”), y ni siquiera en una idea: lo único que queda es lo que alguien hace con otra cosa, que a su vez será convertido, en otro momento o en el mismo, en otra cosa diferente. Es decir, un movimiento con cierta dirección.
Pablo Katchadjian